ENTREVISTAS PSICOECONÓMICAS

Entrevista a Tomás Bonavía Martín. Febrero 2023

«Tomás Bonavía es profesor titular de la Universidad de Valencia. Viene impartiendo la asignatura de Psicología económica desde su implantación en los años 90. Miembro de la Unidad de Investigación de Psicología Económica y del Consumidor (UIPEC) desde su creación. Está también especializado en el área de Psicología del trabajo y las organizaciones, contando con numerosas publicaciones en ambas disciplinas.»

¿Cómo se puede definir la Psicología económica?
En una primera aproximación, se puede afirmar que la psicología económica estudia las conductas económicas. Si hay una disciplina que estudia la conducta o el comportamiento humano, esa es sin duda la Psicología, entendiendo el concepto de comportamiento en sentido amplio para incluir los diferentes procesos que influyen en la misma. Pues bien, resulta que parte de esos comportamientos incluyen claramente una dimensión económica, por ejemplo, cuando vamos de compras o decidimos vender algo, cuando pagamos impuestos (o decidimos no hacerlo), los diferentes usos que le damos a nuestro dinero, trabajar, ahorrar, donar, emprender, y así un amplio etcétera.
Hago todos los años un ejercicio con mis estudiantes y no se pueden imaginar la cantidad de conductas económicas que son capaces de identificar. Todos estos comportamientos no se pueden comprender cabalmente sin considerar a la par aspectos psicológicos y económicos. Sí, Ismael Quintanilla al que quisiera dedicar esta entrevista, estaría de acuerdo en que el modo más preciso y sintético de definir la psicología económica es afirmar que estudia las conductas económicas. Objeto de estudio que compartimos con otras disciplinas, muy destacadamente con la Economía, lo que explica la naturaleza interdisciplinar de la Psicología económica.

¿Hay diferencias entre la Psicología económica y la Economía conductual?
Me gusta decir que se trata en lo esencial de una diferencia de intereses corporativos. Es normal que a los psicólogos/as nos guste más la denominación psicología económica y que los y las economistas que se dedican a este ámbito prefieran el término economía conductual. Pero en mi opinión no es mucho más que eso, una cuestión de gustos.
Por supuesto, que si nos ponemos a encontrar diferencias se pueden llegar a argumentar algunas. Pero creo que son mucho más las cosas que nos unen que las que nos distinguen. Ya que, en definitiva, ambas utilizan el método científico para investigar cómo las personas nos comportamos en asuntos económicos de la vida real.

Tanto desde la Economía como desde la Psicología, se insiste en la interdisciplinaridad de la Psicología económica ¿se observa actualmente ese entendimiento?
Eso sería lo deseable. Es cierto que cada vez más se pueden encontrar grupos de investigación que incorporan psicólogos/as y economistas entre sus miembros. Y es evidente que no te puedes dedicar a este campo de estudio, ni académica ni profesionalmente, si no dispones de conocimientos en Economía y Psicología. Pero también existen riesgos evidentes. El propio R. Thaler (economista, Premio Nobel de Economía en 2017, que colaboró estrechamente con D. Kahneman, psicólogo, Premio Nobel de Economía en 2002), lo decía en una entrevista que pueden visionar en Youtube (https://www.youtube.com/watch?v=2ZileRgRqrY). En esta entrevista afirmaba que la economía conductual o del comportamiento es un campo casi exclusivo para economistas, ellos (Thaler, Kahneman, Tversky…) pensaban que sus colaboraciones desembocarían en un campo interdisciplinario, pero no ha sido así, lo que ha resultado ser una sorpresa (yo me atrevería a decir que desagradable para ellos). A mi entender, si queremos efectivamente avanzar hacia un conocimiento más integral del ser humano en sus decisiones y comportamientos económicos, la interdisciplinariedad es el único camino.Y no solo entre la Psicología y la Economía, sino también hay que incluir a la Sociología, la Antropología, o las Neurociencias. No se puede ser un experto/a en todas ellas, pero sí tener amplitud de mente y algunos conocimientos básicos.

¿Cuál es la situación actual de la Psicología económica en el mundo académico universitario?
La psicología económica es un campo en expansión, aunque tal vez no vaya tan deprisa como nos gustaría a algunos. Se estudia en bastantes universidades, en formación de Grado y Posgrados, y hay un número creciente de investigadores y profesionales vinculados de un modo u otro con esta disciplina. Es de destacar que se están utilizando los hallazgos de la Psicología económica y, especialmente de la economía conductual, para mejorar las políticas públicas y las prácticas empresariales. A medida que se continúe investigando y se descubran nuevos hallazgos, la psicología económica seguirá ganando importancia en el mundo académico universitario.

¿En qué Facultades de España se puede estudiar Psicología económica?
Precisamente en las últimas Jornadas organizadas por el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid en octubre de 2022 sobre Psicología económica, se abordó este tema.
Helena Thomas informó que solamente en 4 universidades españolas, del total de universidades públicas y privadas en nuestro país, se imparte alguna asignatura en formación de Grado que tenga una clara relación con la psicología económica. Por ejemplo, en Valencia, la denominación que utilizamos es Psicología económica y del consumidor.
Una denominación para nuestro campo que con el tiempo va ganando cada vez más fuerza. Helena informó también que hay alguna formación en Posgrado (en la UNED y en otras universidades) y es habitual que en los congresos, tanto nacionales como internacionales, halla mesas específicas sobre psicología económica. Lo anterior por lo que respecta al ámbito de la Psicología, pero en otros Grados se imparten innumerables conocimientos vinculados con nuestra especialidad, por ejemplo, en Publicidad, Marketing, Economía, ADE, etc. La situación, por lo tanto, es mejorable y queda bastante camino por recorrer, pero tampoco podemos pensar ya que sigamos en la línea de salida.
Es mucho lo que se ha logrado y queda bastante más por hacer.

¿Sería factible un doble grado de Psicología y Economía?
Sería factible pero no creo que sea posible, al menos a corto o medio plazo. Me temo que son muchos los intereses en juego. Las Facultades de Economía, por su lado, ya están dando mayor visibilidad en sus planes de estudio a la Economía conductual, tanto en formación de Grado como de Posgrado. Las Facultades de Psicología deberían tomar buena nota de ello, si no queremos desaprovechar una buena oportunidad.

¿Qué habría que hacer para que los profesionales de la psicología se interesaran por la Psicología económica?
Son varias las acciones que se podrían llevar a cabo, como ofrecer formación; mejorando de entrada la formación básica que reciben nuestros estudiantes en los Grados y ampliando la oferta en los estudios de Posgrado de nuestras universidades, ofreciendo una educación más especializada. Promoviendo aplicaciones prácticas que demuestren la utilidad de nuestra disciplina; dando a conocer cómo la psicología económica puede ayudar a mejorar la toma de decisiones en diferentes ámbitos como el laboral, el financiero, el comercial, o la salud entre otros. Afianzando la investigación y sobre todo su divulgación; en todos los campos de la ciencia y el nuestro no es una excepción, son necesarias personas con la formación suficiente para hacer divulgación científica de calidad que acerque los conocimientos especializados a un público no experto (desde la población general hasta otros profesionales de la psicología clínica, educativa, etc., que no son psicólogos/as económicos). Establecer redes de colaboración; no solo entre economistas y psicólogos/as, sino también con otras profesiones y con la sociedad civil (ONGs, asociaciones de consumidores, organizaciones sindicales y empresariales, partidos políticos, ayuntamientos, otras instituciones) que permitan mejorar procesos e implantar medidas más eficaces.

¿Se puede vivir de la Psicología económica en España?
Considero que la psicología económica va a ir a más en nuestro país, sobre todo si se vincula con la psicología del consumidor. Como decía antes, valoramos que nuestra disciplina se denomine Psicología económica y del consumidor, porque aúna las dos tradiciones más comunes en nuestro campo: un gran énfasis en la teorización por un lado, y la aplicación práctica de esos conocimientos en el ámbito del comportamiento del consumidor, por otro. Yo les digo a mis alumnos que difícilmente se van a encontrar con un anuncio de trabajo que demande psicólogos/as económicos, pero lo que sí pueden encontrar fácilmente, denominados de diferentes formas, es ofertas de empleo que demandan especialistas en comportamiento del consumidor. Será un avance sustancial si vamos demostrando que también nosotros podemos aportar buenas ideas a la comprensión de las conductas de los consumidores y a la mejora de los procesos de comunicación de las empresas y otras organizaciones con sus clientes. Y todo ello sin menoscabar la importancia que podemos llegar a alcanzar en otras áreas (finanzas, fiscalidad, salud…) pero, en mi opinión, el mayor nicho de mercado en el que nos podemos mover ahora y que tenemos que reivindicar también para nosotros con nuestro buen hacer, es en el ámbito del comportamiento del consumidor.
Por otra parte, pienso que tiene suma importancia que un psicólogo/a disponga de conocimientos en psicología económica, indistintamente de la especialización en la que trabaje (clínica, educativa, organizacional, etc.). Al menos considero que lo anterior es tan relevante como disponer de especialistas muy cualificados en nuestra disciplina. Por supuesto, disponer de salidas profesiones específicas para los expertos/as en Psicología económica es importante, pero mejorar los conocimientos en nuestra materia del resto de los profesionales de la Psicología en general es clave, porque puede tener un efecto positivo en la realización de sus tareas y hacer su trabajo más eficaz. Hoy en día la Economía está en todo y vincular los conocimientos en Psicología y Economía (que es lo que se propone en definitiva la psicología económica) es esencial para comprender buena parte de los fenómenos de los que nos ocupamos los psicólogos/as, ya sean estos clínicos, educativos, organizacionales u otros.

¿Qué áreas dentro de una organización o empresa son más propicias para que se integren los profesionales de la Psicología económica?
Son diferentes las áreas en las que pueden integrar, principalmente en el Departamento de marketing mejorando sus estrategias, porque puede ayudar a entender mejor las motivaciones y preferencias de los consumidores/as y cómo estos toman sus decisiones de compra (estudios de mercado). Y, por supuesto, dentro del Departamento de recursos humanos colaborando en todas sus funciones, porque creo que es muy relevante señalar en este punto que la Psicología del trabajo y las organizaciones y la Psicología económica mantienen un estrecho vínculo. Trabajar es una conducta económica y como tal no se puede entender bien sin atender a sus aspectos psicológicos y económicos, que siempre están presentes cuando estamos trabajamos y que afectan del mismo modo a la organización en su conjunto.

Precisamente, dentro del área de los recursos humanos ¿cuál podría ser el papel de un profesional de la Psicología económica?
En todas sus funciones como decía, mejorando los procesos de selección de personal si estos no se quedan solo en el análisis de tareas y se pretende disponer de una visión más de conjunto de la situación económica y personal de los potenciales candidatos, diseñando mejores planes de formación incorporando todo lo que actualmente se conoce sobre sesgos y heurísticos por ejemplo, perfeccionando los planes de retribución al comprender mejor las motivaciones económicas que afectan al comportamiento de los empleados, los sistemas de comunicación dentro de las organizaciones, de prevención de riesgos, y así un amplio etcétera (clima y cultura organizativas, liderazgo, negociación, ética empresarial, etc.).

Y desde un enfoque algo diferente ¿Cuáles son los puntos de inflexión que la Psicología económica ha de superar para afianzar su desarrollo e implantación?
Algunos de los desafíos más importantes a los que se enfrenta la psicología económica son, entre otros, los siguientes: Una mayor aceptación en el mundo empresarial demostrando que podemos ser una herramienta valiosa para mejorar la toma de decisiones empresariales. Una mayor interdisciplinariedad, aunque la psicología económica es un campo interdisciplinario que combina la psicología y la economía, aún se necesita más colaboración entre los profesionales de ambas disciplinas para lograr una mayor comprensión de los procesos económicos y psicológicos presentes en diferentes ámbitos. Una mayor formación y especialización, de los propios profesionales de la Psicología (en sus procesos formativos básicos pero también desarrollando programas de formación específicos), pero lo que puede ser igualmente importante, una mayor formación de la población general en temas económicos y psicológicos. Una mayor investigación aplicada, ha habido un gran avance en la investigación teórica en Psicología económica, pero se necesita más investigación aplicada para poder implementar las conclusiones de esta investigación teórica en la práctica empresarial y en las políticas públicas. Una mayor presencia en las decisiones políticas, porque estas decisiones son influidas por factores psicológicos y, en consecuencia, se pueden mejorar estas políticas teniendo en cuenta estos factores psicológicos.

En tu opinión, ¿Cuáles son las áreas de especialización de la Psicología económica que mayor desarrollo tendrán en un futuro?
Una gran pregunta sin duda y muy difícil de responder.
Todo va a depender de cómo evolucione el mundo, la tecnología, la investigación. Y ya sabemos que los humanos somos muy malos prediciendo el futuro, aunque pensemos lo contrario. Ahora bien, parece claro que la psicología del consumidor va a seguir teniendo un gran desarrollo, ya que busca entender cómo las personas toman decisiones de compra y cómo se puede influir en estas decisiones. Y las neurociencias están jugando y jugarán seguramente un papel crucial ofreciendo respuestas a estas cuestiones.
Todo lo que vincule consumidor, neurociencias y psicología económica va a tener un futuro prometedor. Otro campo de desarrollo va a ser probablemente todo lo que tiene que ver con la tecnología y la economía digital. La salud (la relación entre economía y salud física y mental cada vez recibe más apoyo empírico), los estilos de vida y de consumo, y el bienestar en general también creo que van a ser temas que despertarán más interés todavía (la pandemia está siendo un buen ejemplo de ello). En el ámbito financiero (ahorro, inversión, etc.) ya estamos haciendo magníficas aportaciones y no se van a quedar ahí. A mí me gustaría que en el ámbito público, en la toma de decisiones políticas, también se dejara sentir nuestra aportación. Mirémonos en el espejo de la Economía conductual y ganemos en influencia. Y ni mucho menos considero que mi respuesta recoja siquiera las áreas más prometedoras de nuestra especialidad. El futuro siempre nos sorprenderá.

¿Y cuál será el protagonismo de la Psicología económica en los próximos años? (sin incurrir en el “sesgo del optimismo»)
La Psicología económica y la Economía conductual han ganado importancia en los últimos años, especialmente la segunda. No nos debe importar mucho quién acapare más protagonismo. Lo importante es llegar a ser útiles para la sociedad de la que formamos parte, profundizando en el desarrollo de nuevos conocimientos teóricos y aplicaciones prácticas. Sin olvidar que, de algún modo, también acaben siendo reconocidas nuestras aportaciones.

Quisiera aprovechar la oportunidad que me brinda esta entrevista para dedicar unas palabras a quien fuera mi mentor, el profesor Ismael Quintanilla Pardo. En relación con la pregunta anterior, no soy una persona especialmente optimista, Ismael ya me lo decía, a lo que yo le solía contrargumentar (era común entre nosotros mantener puntos de vista diferentes) que prefería definirme como realista (que como sabemos todos, es lo que dicen los pesimistas de sí mismos). Sí, Ismael, tenía razón en muchas ocasiones y puede que no en otras. Pero sin duda, si algo caracterizaba a su persona, es que no le faltaban las razones. Una mente inquieta, una capacidad brillante de hilar discursos, una simpatía natural y una habilidad para comunicar sin parangón. Estas son solo algunas de las características que reunía mi profesor, además, por supuesto, de un optimismo sin límites. ¡Descanse en paz!

Ha realizado la entrevista Adrián Navalón López de la Rica. Psicólogo y economista. Coordinador del Grupo de Trabajo de Psicología y Economía y Vocal de la Junta Directiva de la Sección Psicología del Trabajo, Organizaciones y Recursos Humanos del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.


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