Presentación del libro “Ruido. Un fallo en el juicio humano”, de Daniel Kahneman

El Premio Nobel de Economía en 2002 y uno de los psicólogos más conocidos del mundo, Daniel Kahneman, ha publicado, junto a Olivier Sibony y Cass R. Sunstein, un nuevo libro:  Ruido. Un fallo en el juicio humano (Debate).

El Jueves 30 de septiembre nos reunimos en Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Callao, de forma presencial y con emisión en streaming en las RRSS de Ámbito CulturalFacebook, Instagram y Yotube, para hablar de esta publicación con Rafael López Pérez, José Luis Calvo y Pedro Cortiñas, fundadores y miembros destacados del Observatorio de Economía de la Conducta del Colegio de Economistas de Madrid y de la Sociedad Científica de Economía de la Conducta y la colaboración de Adrián Navalón, Coordinador del Grupo de Trabajo de Psicología y Economía del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid y miembro del Observatorio de Economía de la Conducta del Colegio de Economistas de Madrid.

Cuando ya llevamos unas cuantas décadas poniendo de relieve el papel de los sesgos en la toma de decisiones bajo incertidumbre, identificándolos y diseñando e implementando las intervenciones, relacionadas con cada uno de ellos, que nos permitan paliar sus efectos y consecuencias más negativas, en «Ruido» se pone de manifiesto un nuevo concepto que, al menos aparentemente, dificulta aún más esa toma de decisiones.

Según los autores, «Una cuestión de juicio es una cuestión con cierta incertidumbre sobre lo que se juzga, en la que admitimos la posibilidad de que personas razonables y competentes puedan estar en desacuerdo. Sin embargo, el desacuerdo admisible tiene un límite. El ruido del sistema es inconsistencia, y esta daña la credibilidad del sistema».

Especialmente interesante resulta la distinción que hacen entre los distintos tipos de ruido diferenciando entre:
«Ruido de nivel: como cuando los jueces muestran diferentes niveles de gravedad para el mismo caso y
Ruido de patrón: cuando los jueces no están de acuerdo sobre qué acusados merecen un tratamiento más severo o más indulgente».

También especifican la diferencia entre:
Ruido de patrón estable. Por ejemplo, «el entusiasmo fuera de lo habitual de un empleador por las personas que fueron a su misma universidad o la propensión de un médico a recomendar la hospitalización de personas con neumonía».
Ruido de ocasión. Ocurre cuando los jueces no están de acuerdo consigo mismos. Los autores lo comparan con un tiro libre de baloncesto. «Del mismo modo que un jugador nunca lanza el balón dos veces exactamente de la misma manera, no siempre producimos juicios idénticos cuando nos enfrentamos a los mismos hechos en dos ocasiones».

Una vez asumida la presencia de ruido, los autores proponen para su reducción:
Evitar exponer a las personas a información que no es relevante para su toma de decisiones. «Es fundamental el control estricto del flujo de información utilizado para emitir juicios».
El método de “la higiene de las decisiones”, que los autores proponen para reducir el ruido en los juicios humanos y que sería la elaboración de directrices para el diagnóstico que evitarán errores desconocidos.

Además plantean la conveniencia de «seleccionar a los mejores». «Los juicios son menos ruidosos y menos sesgados cuando quienes los emiten, están bien formados, son más inteligentes y tienen el estilo cognitivo adecuado» y la figura de un «observador de decisiones» que ayude a detectar en tiempo real una lista de control de sesgos.

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