PSICOLOGÍA ECONÓMICA Y SALUD

Conjuntamente con nuestra compañera del Grupo de Trabajo de Psicología y Economía del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, OLGA ESPALLARDO GARCÍA, psicóloga y economista de la salud, hemos realizado una entrada en el Blog de Psicología del Colegio: Psicología económica y Salud.

Psicología económica y Salud.
Olga Espallardo y Adrián Navalón.
Blog de Psicología del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid

Desde su nacimiento, a principio del siglo pasado, de la mano de autores como Tarde y Katona, la Psicología Económica ha ido adquiriendo un destacado protagonismo en áreas significativas de las organizaciones, los grupos, las instituciones públicas y la sociedad.

Tradicionalmente, la Psicología económica o Economía de la conducta se ha relacionado con el mundo del marketing y el comportamiento del consumidor por un lado y con el ámbito financiero, inversión, ahorro, pensiones, etc. por otro.

Actualmente, además de su presencia, en las áreas citadas, en grandes organizaciones y en organizaciones gubernamentales relacionadas con Administraciones Públicas tan importantes como USA y Reino Unido, la PE sigue avanzando y demostrando su eficacia en, por ejemplo, Salud laboral y Gestión de personas, Innovación y Desarrollo de producto, Seguridad y Ciberseguridad, Formación y Educación, etc.

En este sentido, la aplicación de la Psicología Económica en el sector salud se está incrementando consideradamente.

Concretamente, en la entrada del Blog a la que nos hemos referido, se desarrolla el protagonismo que tiene la PE en las políticas de salud de las instituciones públicas y organizaciones públicas y privadas, destacando que «la psicología económica o economía del comportamiento, es un campo de investigación que utiliza los principios de la economía y de la psicología para comprender cómo las personas toman decisiones, también, sobre su salud. Utilizan los conocimientos de ambas disciplinas para tratar de ayudar a las personas a tomar decisiones que sean coherentes con sus propios intereses a largo plazo y que impacten positivamente en su salud».

El esquema, heurísticos, sesgos e intervenciones (nudges), constituye el armazón de la Psicología económica en general y en su aplicación en el ámbito de la salud como una de sus múltiples aplicaciones.

Los heurísticos constituyen reglas y estrategias intuitivas que se aplican, de forma deliberada o no, para producir una estimación o una predicción.

Los psicólogos Tversky y Kahneman iniciaron y desarrollaron un conjunto de investigaciones que le permitieron establecer tres tipos básicos de heurísticos: representatividad, disponibilidad y anclaje y ajuste.

Según abandera la psicología económica, el uso de heurísticos en nuestro razonamiento provoca que el comportamiento humano esté marcado por los sesgos derivados de cada uno de ellos. 

Para cambiar, adecuar y mejorar dicho comportamiento, éste puede orientarse mediante los denominados “empujones o acicates” (nudge en inglés) que propone formas de influir en las elecciones y comportamientos de las personas a través de cambios sutiles en el entorno  en el que se han de tomar las decisiones.

Así, por ejemplo, como indica la heurística de disponibilidad, habitualmente, las personas juzgan las probabilidades de que ocurra un evento en la medida que tenga ejemplos inmediatos y cercanos.

Es decir, se generan juicios basados en información fácilmente disponible en la memoria descartando una búsqueda de más información.
Del uso de este heurístico se derivan dos sesgos importantes: El sesgo de proximidad que hace que predominen los acontecimientos más próximos, temporal, espacial o emocionalmente y el sesgo de confirmación que nos lleva a dar preferencia a la información que confirma las creencias y punto de vista previos.
De esta forma, en el ámbito de la salud, las enfermedades o condiciones a las que se haya enfrentado un familiar, un amigo o que son el tema recurrente en las noticias, tienden a aumentar la percepción del individuo sobre su riesgo personal de padecer esa enfermedad.
Por ello los jóvenes pueden responder mejor a un programa de prevención de consumo de drogas, después de la muerte por sobredosis de drogas de un referente, una celebridad significante para ellos.

Además de estos sesgos encontramos otros conceptos determinantes de la Psicología económica que puede resultar muy beneficioso contemplar para definir, establecer y corregir (si fuera necesario) determinadas políticas sanitarias y de cuidado de la salud. Estos conceptos, destacados por Olga, son la «brecha de intención-comportamiento», el «sesgo del presente», la «aversión a la pérdida» la «arquitectura de elección» o el «sesgo del status quo».

Finalmente, reiterar el potencial de la Psicología económica para mejorar la eficacia de las políticas de salud pública a un bajo coste basándose en la evidencia empírica de investigaciones y trabajos realizados por sus profesionales.

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