SALUD LABORAL Y PSICOLOGÍA ECONÓMICA

El Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo 2022, que se celebra anualmente el 28 de abril, se centra en potenciar el diálogo social hacia una cultura de la seguridad y la salud, bajo el lema “Actuar juntos para construir una cultura de seguridad y salud positiva”.

Y ya que, en este lema, se promueve la colaboración tripartita entre instituciones públicas, empleadores y empleados, parece un buen momento para resaltar la oportunidad de contemplar las ventajas que aporta la utilización de la Psicología Económica en Salud Laboral, tanto en la consecución de los objetivos generales, como en los concretos.

Actualmente, en el ámbito de la Salud Laboral, en cualquier tipo de organización, podemos observar que prevalece el tradicional modelo enfocado en la prevención basada en destacar la evitación de los acontecimientos negativos.

El modelo general de prevención de riesgos laborales contempla, fundamentalmente, cuatro situaciones consecutivas:

  • Establecer normas de obligado cumplimiento,
  • Inspeccionar, de forma ocasional el cumplimiento de estas normas de seguridad,
  • Considerar consecuencias aversivas para quien las incumple y
  • Amonestar o sancionar, en su caso, cuando se detecta un incumplimiento.

En este contexto, la mayoría de los accidentes laborales están relacionados con el comportamiento en el trabajo por parte de los empleados y también de los empleadores. La estrategia y los métodos, orientados a sustituir estos comportamientos inseguros por otros comportamientos seguros, generarán evidentes cambios positivos en la siniestralidad.

Por ejemplo, el modelo de la Seguridad Basada en la Conducta (SBC) propone un enfoque distinto en el que, la organización y cada trabajador, debe preocuparse por realizar el comportamiento seguro más que por evitar el error o fallo que provoca los accidentes y origina los problemas.

Los principios científicos que subyacen a la SBC permiten explicar perfectamente el comportamiento inseguro, su tasa en muchos contextos, y, por tanto, las herramientas de intervención que resultan adecuadas para sustituir este comportamiento inseguro por comportamiento seguro (Meliá, 2007)[i].

Las personas, los grupos y las organizaciones, en el modelo de norma-castigo, detectan que “si no te vigilan-no te pillan-no hay castigo”, lo que puede provocar la probabilidad de un comportamiento indeseado, a veces, posiblemente, bajo el influjo de determinados sesgos.

Los recientes avances en el desarrollo de la Economía de la Conducta, en otras áreas de las organizaciones e instituciones públicas, con el establecimiento de estrategias e intervenciones orientadas a fomentar comportamientos coherentes con los objetivos planteados, sugiere la conveniencia de aplicar dichos avances, también en el ámbito de la Salud Laboral.

De esta forma, intervenciones basadas en la Psicología Económica pueden ayudar en cualquiera de las fases: en la formación, la concienciación, el compromiso con el cumplimiento de las normas de forma proactiva, centrar la atención y fomentar las actitudes y los comportamientos positivos.

Es el momento de incorporar, al beneficioso Dialogo Social, a las y los expertos/as en Psicología Económica, para que, como científicos del comportamiento de las personas, los grupos y las organizaciones, ayuden a realizar comportamientos positivos y no solo a evitar los comportamientos negativos.


[i] Meliá, J.L. (2007). Seguridad basada en el comportamiento. En Nogareda, C., Gracia, D.A., Martínez-Losa, J.F., Peiró, J.M., Duro, A., Salanova, M., Martínez, I.M., Merino, J., Lahera, M., y Meliá, J.L.: Perspectivas de Intervención en Riesgos Psicosociales. Medidas Preventivas. Págs. 157-180.

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